martes, 22 de enero de 2013

En “El curioso caso de Benjamin Button”, nada es normal y todo respira aires imposibles en un viaje a contracorriente donde el protagonista es tan especial y único… como lo somos todos. Ese es el mensaje de la cinta –quizá demasiado explícito– en una apuesta por la diversidad y la tolerancia, por el enriquecimiento propio con otros puntos de vista, por vivir la vida en el momento presente porque, al fin y al cabo, todo sucede en una cadena de casualidades que podían no haberse dado. Así es la vida de Benjamin Button desde que nace y es acogido en una residencia de ancianos, hasta que el destino o las oraciones de su madre adoptiva le llevan por unas autopistas con múltiples salidas para encontrar el amor y perderlo, vivir la guerra y conocer la soledad, adentrarse en altamar y retirarse del mundo de los suyos.
                         

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